Tango Zen: Volviendo a la Tradición sigue a Chan Park en un viaje desde la meditación de regreso al corazón del tango tradicional. La película comienza con una entrevista poco conocida de 2005 al legendario milonguero Ricardo Vidort en Estados Unidos, y luego recorre Suecia, la Selva Negra, Corea, Lituania, Suiza y finalmente Buenos Aires, donde se desarrolla la mayor parte de la historia.

Al volver a la ciudad que transformó su vida, Chan se reencuentra con amigos, camina por calles familiares y entra en las milongas que marcaron su camino. En lugar de presentarse o enseñar, ofrece talleres de práctica de Tango Zen que invitan a los bailarines a desacelerar y volver a la esencia del tango: presencia, energía y movimiento compartido.

A través de imágenes silenciosas, abrazos cerrados y una narración reflexiva, el documental muestra un tango vivido desde adentro. Los bailarines cuentan cómo la experiencia cambió su percepción de la conexión y la confianza. Una participante describió el ejercicio final guiado —bailar con los ojos cerrados en un patrón simple y sostenido— como liberador, despertando una seguridad más allá del movimiento o la memoria.

La película evita el análisis técnico y se enfoca en la sensación de caminar, escuchar y percibir la presencia de otra persona. Presenta el tango tradicional no como un estilo fijo, sino como un hilo energético transmitido de generación en generación, algo que se pasa de cuerpo a cuerpo, no de pasos a pasos.

Desde interacciones profundas hasta el reconocimiento que Chan recibe de bailarines respetados en Buenos Aires, Tango Zen: Returning to Tradition revela una forma de tango arraigada en la humildad, la armonía y el poder silencioso de la conexión. Invita al espectador a redescubrir el tango no como performance, sino como una forma de ser.