"From Three to the Universe: The Journey of Tango" 08/29/2025

Tango Zen Journal – August 29, 2025

"From Three to the Universe: The Journey of Tango"

"De tres al universo: el viaje del tango"

Hello friends,

Yesterday, I received a heartfelt email from Cliff, one of the participants in the Tango Zen retreat at the Omega Institute in New York. With his permission, I’d like to share it here, because his question may resonate with many of you who wonder how to move forward in your tango journey:

“Thank you for the workshop. It gave me new perspective and hope with Tango. Although I do not want to devote singular time and purpose to perfecting my technical skills in the dance, I do want to engage with it going forward. I just need to find a safe yet challenging venue near me in the Philadelphia area. If you have any suggestions regarding how to incorporate your teaching style and techniques as a foundation when I go about engaging with other tango instructors and milongas in my area, please let me know your thoughts.”

Cliff’s words touched me. He expresses something many dancers feel: the desire to go deeper, without being trapped by technique or overwhelmed by noise.

Here is my response to him—and my suggestion to anyone asking how to continue their tango journey.

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Dear Cliff,

I am so glad you reached out. Thank you for trusting me as your guide during the retreat. I was impressed by the progress you and the group made. We explored tango as energy—something invisible yet profoundly real. That exploration is the foundation I hope you carry forward.

You mentioned Snoopy in Peanuts, hearing adults talk as “wah, wah, wah.” For me, the reference is Seinfeld. Remember George’s “yada, yada, yada”? That’s my advice. When you hear endless corrections, when teachers pile on steps and techniques, or even when your own inner critic starts chattering, just say to yourself: yada, yada, yada. Not in disrespect, but as a reminder not to lose your focus.

Your focus is simple: it takes three to tango.

 1. You. Trust yourself. Discipline yourself. Walk with confidence. Feel your own body as you walk. You are already enough.

 2. The Music. Listen—truly listen—to tango music. Not just as background, but until you and the music are one. The music carries the energy. Let it move you.

 3. Your Partner. Once you embody music, you’ll begin to see differently. You’ll recognize who else is listening, who else is present. Invite those partners who also connect with the music, and together create the third presence.

When you, your partner, and the music move as one, tango happens. Even in a simple walk, even in a quiet embrace, there is profound pleasure.

And here’s the deeper truth: three is only the beginning. As you grow, you’ll realize tango takes more than three—it takes the universe. Because in that flow, what you connect with isn’t just yourself, your partner, and the music. You connect with the field that holds all of it: the universal energy.

This is the journey. It begins with three, and one day, it opens to the universe.

Ignore the yada, yada, yada. Focus on the three. And trust that the universe will come.

Abrazo milonguero,

Chan

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Hola, amigos,

Ayer, recibí un mail muy sincero de Cliff, uno de los participantes del retiro de Tango Zen en el Omega Institute, en Nueva York. Con su permiso, lo comparto acá, porque su pregunta seguramente resuene en muchos que se preguntan cómo seguir avanzando en su camino del tango:

“Gracias por el workshop. Me dio una nueva perspectiva y esperanza con el tango. Aunque no quiero dedicar todo mi tiempo y propósito a perfeccionar mis habilidades técnicas en el baile, sí quiero comprometerme con él en adelante. Solo necesito encontrar un lugar seguro pero desafiante cerca de mí, en el área de Filadelfia. Si tenés alguna sugerencia sobre cómo incorporar tu estilo de enseñanza y tus técnicas como base cuando me acerque a otros instructores de tango y milongas en mi zona, por favor decime qué pensás.”

Las palabras de Cliff me tocaron. Expresan algo que sienten muchos bailarines: el deseo de ir más profundo, sin quedar atrapados por la técnica ni abrumados por el ruido.

Acá va mi respuesta para él—y mi sugerencia para cualquiera que se pregunte cómo continuar su viaje en el tango:

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Querido Cliff,

Me alegra mucho que me hayas escrito. Gracias por confiar en mí como guía durante el retiro. Me impresionó el progreso que vos y el grupo lograron. Exploramos el tango como energía—algo invisible pero muy real. Esa exploración es la base que espero que sigas llevando adelante.

Vos mencionaste a Snoopy en Peanuts, cuando escucha hablar a los adultos como “guau, guau, guau”. Para mí, la referencia es Seinfeld. ¿Recordás el “yada, yada, yada” de George? Ese es mi consejo. Cuando escuches correcciones interminables, cuando los profes acumulen pasos y técnicas, repetite: yada, yada, yada. No por falta de respeto, sino para no perder el foco.

Tu foco es simple: se necesitan tres para bailar tango.

 1. Vos mismo. Confiá en vos. Caminá con seguridad. Sentí tu propio cuerpo. Ya sos suficiente.

 2. La música. Escuchá—de verdad. Hasta que vos y la música sean uno. La música lleva la energía. Dejala que te mueva.

 3. Tu compañera/o. Una vez que encarnás la música, empezás a ver distinto. Reconocés quién más escucha, quién más está presente. Invitá a esos compañeros que también se conectan con la música, y juntos creen la tercera presencia.

Cuando vos, tu pareja y la música se mueven como uno, el tango sucede. Incluso en un simple caminar, incluso en un abrazo silencioso, hay un placer profundo. Ese es el camino. Tené paciencia. Volvé siempre a estos tres.

Ignorá el yada, yada, yada. Enfocate en los tres.

Y cuando te sientas listo, volvamos a hablar. Con gusto voy a acompañarte más allá.

Porque aunque hoy digo “se necesitan tres para bailar tango”, también sé esto: eventualmente, se necesita el universo entero para bailar tango. Ese es el viaje.

Abrazo milonguero,

Chan

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Photos and videos from Tango Zen Retreat at Omega Institute, August 22-24, 2025