Tango my Life, January 16, 2024
Ocho Encounters
"Mastering the Ocho and Ocho Cortado in Tango teaches us more than steps; it's a lesson in control, precision, and the art of subtlety."
- Fabián Salas
I’d like to share my fascination with the number 8, or 'ocho,' and its role in tango.
During a staff meeting filled with engineers at NASA, I found myself oddly drawn to the number eight displayed on the whiteboard. "That number 8 looks so sensual," I thought to myself. Little did I know that this seemingly simple symbol would become so intertwined with my tango journey.
Early on in my tango journey, I learned the basic ocho, front and back. However, it wasn't until I mastered the ocho cortado in close embrace that my passion for tango truly ignited. The sheer pleasure of executing this intricate step made all the effort worthwhile.
While living in Buenos Aires, I met Andre, a tai chi instructor from Switzerland. During his tai chi workshop, he asked if tango had any movements that resembled the figure eight. We delved into an engaging conversation about the significance of this shape in both tai chi and tango. Andre explained that spiral movements resembling the ocho are a cornerstone of tai chi, believed to promote physical and mental well-being.
Recently, I made an intriguing discovery: the eight-shaped figure is synonymous with the infinity symbol, representing the continuous flow of qi, the life force, and the pursuit of balance and harmony. This means that when we dance tango, we're essentially performing ochos repeatedly, without the need for elaborate movements. Subconsciously, our hearts entwined in embrace are tracing the infinity symbol around our heart chakras, creating a sense of continuous energy flow in balance and harmony. It's like a heavenly movement right here on earth!
What do you think about this discovery? Share your thoughts, and let's explore the profound connection between tango and the infinity symbol.
Abrazo milonguero!
Chan
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Encuentros con el ocho
"Dominar el Ocho y el Ocho Cortado en el Tango nos enseña más que pasos; es una lección de control, precisión y el arte de la sutileza".
- Fabián Salas
Me gustarÃa compartir mi fascinación con el número ocho, o "ocho", y su papel en el tango.
Durante una reunión de personal llena de ingenieros de la NASA, me sentà extrañamente atraÃdo por el número ocho que se mostraba en la pizarra. "Ese número 8 se ve tan sensual", pensé para mà mismo. Quién iba a saber que este sÃmbolo aparentemente simple se convertirÃa en algo tan entrelazado con mi viaje por el tango.
Al principio de mi viaje por el tango, aprendà el ocho básico, adelante y atrás. Sin embargo, no fue hasta que dominé el ocho cortado en el abrazo cercano que mi pasión por el tango realmente se encendió. El puro placer de ejecutar este paso intrincado hizo que todo el esfuerzo valiera la pena.
Mientras vivÃa en Buenos Aires, conocà a Andre, un instructor de tai chi suizo. Durante su taller de tai chi, preguntó si el tango tenÃa algún movimiento que se pareciera a la figura ocho. Nos sumergimos en una conversación interesante sobre el significado de esta forma tanto en el tai chi como en el tango. Andre explicó que los movimientos espirales que se asemejan al ocho son un pilar fundamental del tai chi, y se cree que promueven el bienestar fÃsico y mental.
Recientemente, hice un descubrimiento intrigante: la figura en forma de ocho es sinónimo del sÃmbolo del infinito, que representa el flujo continuo de qi, la fuerza vital, y la búsqueda del equilibrio y la armonÃa. Esto significa que cuando bailamos tango, esencialmente estamos realizando ochos repetidamente, sin necesidad de movimientos elaborados. Subconscientemente, nuestros corazones entrelazados en el abrazo están trazando el sÃmbolo del infinito alrededor de nuestros chakras cardÃacos, creando una sensación de flujo continuo de energÃa en equilibrio y armonÃa. ¡Es como un movimiento celestial aquà en la Tierra!
¿Qué opinas de este descubrimiento? Comparte tus pensamientos y exploremos la profunda conexión entre el tango y el sÃmbolo del infinito.
¡Abrazo milonguero!
Chan